Novena a los santos Luis y Celia Martin
Luis y Celia Martin son los primeros esposos canonizados juntos en la historia de la Iglesia. Ambos alcanzaron la santidad viviendo su vida de cada día con fidelidad y perseverancia heroica del uno para el otro y del otro para el uno, haciendo realidad en su matrimonio el siguiente lema: “Dios es lo primero”.
Esta novena nos ayudará a entrar en su vida familiar y a pedir su intercesión para que, siguiendo su camino, logremos que Dios ocupe el lugar más importante de nuestra vida.
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Día primero: Oración
« Estaba Jesús orando en cierto lugar. Cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar. » Lc 11,1
Meditación
La oración, personal o en familia, ocupaba un importante lugar en la vida de los santos Luis y Celia e influía profundamente en la de sus hijos.
Santa Teresita del Niño Jesús recordaba que « la reinecita rezaba junto a su rey (su padre) » y que « no tenía más que mirarlo para saber cómo rezan los santos… »
Celina recordaba también que su padre:« Cuando comulgaba, volvía en silencio a casa. Nos decía que por el camino seguía hablando con el Señor. »
Su confianza en Dios era absoluta y todas las cosas que les acaecían se las presentaban en la oración. Santa Celia escribía en una de sus cartas:« Cuando pienso en lo que Dios, en quien he puesto toda mi confianza y a cuyas manos he confiado el cuidado de mis asuntos, ha hecho por mí y por mi marido, no puedo dudar de que su divina Providencia vela con especial cuidado por sus hijos. »
Propósito para este día
Encontrar a Dios en la oración y confiarle mis alegrías y penas.
Oración
Padre nuestro…
Dios te salve, María…
Gloria al Padre…
Oración del Jubileo…
Día segundo: Vida familiar
« Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis porque de los que son como ellos es el Reino de los cielos » Mc 10,14
Meditación
En el hogar de los Martin, como en el de cualquier otra familia, las penas y las alegrías eran frecuentes. Con nueve hijos, cuatro de los cuales murieron cuando eran muy pequeños, los santos Luis y Celia habían asumido una pesada tarea para que cada uno desarrollase los dones de la naturaleza y de la gracia. Para lograrlo, se servían de un espíritu de creatividad y de fe que ponía la meta cada vez más alta.
Hacían todas las cosas con confianza, amor y hasta con humor:« Les he prometido a mis hijas que vamos a celebrar Santa Catalina el domingo por la tarde. María quiere buñuelos, otras pasteles, otras castañas, yo… ¡sólo paz! »
« Las alegres veladas familiares eran al mismo tiempo un complemento de la instrucción religiosa. » « Nuestros padres nos recordaban muy a menudo cosas relacionadas con la eternidad, » contaba su hija mayor María.
Luis estaba « siempre disponible para escuchar a sus hijas, aconsejarlas y acoger sus palabras con el corazón lleno de Dios. »
Las dificultades de cada día se presentaban siempre en la oración, por ejemplo, la educación de Leonia:« Tengo una pena muy honda viendo cómo es Leonia », escribía su madre, « a veces tengo esperanza, pero con frecuencia me desaliento. Sólo Dios puede cambiarla y estoy segura de que lo hará. »
Propósito para este día
Rezar por mi familia.
Oración
Padre nuestro…
Dios te salve, María…
Gloria al Padre…
Oración del Jubileo…
Día tercero: práctica religiosa
« De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y se fue a un lugar solitario; Y allí se puso a rezar. » Mc 1,35
Meditación
Los santos Luis y Celia:« Iban juntos a la Iglesia muy temprano, aunque tuvieran mucho trabajo, generalmente a las cinco de la mañana, Los dos comulgaban siempre los primeros viernes de mes. » Según la costumbre de aquella época, recibían la santa Comunión cuatro o cinco veces por semana y se confesaban regularmente. Participaban también en las actividades de su parroquia: adoración, vísperas del domingo, procesiones, conferencias de Cuaresma…
Tenían gran devoción a los santos como se puede comprobar en lo que escribía santa Celia cuando, siendo bebé, santa Teresita estuvo a punto de morir:« Subí de prisa a mi habitación, me arrodillé a los pies de san José y le pedí la gracia de que la niña se curase, aunque resignándome a la voluntad de Dios, si Él quería llevársela consigo. Yo no suelo llorar fácilmente, pero me corrían las lágrimas mientras hacía esta oración. No sabía si bajar o no…Al fin me decidí. ¿Y qué es lo que veo? La niña estaba mamando con todas sus ganas. »
Propósito para este día
Hacer examen de conciencia y pedir perdón por las veces que no he sido fiel al amor de Dios y al del prójimo.
Oración
Padre nuestro…
Dios te salve, María…
Gloria al Padre…
Oración del Jubileo…
Día cuarto: deberes de estado
« No somos más que unos pobres siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer » Lc 17,10
Meditación
Luis y Celia eran jefes y trabajadores al mismo tiempo que sacaban adelante sus negocios, administrándolos ellos mismos con éxito, primero independientemente el uno del otro y más tarde juntos. Lo que hacían lo hacían bien. De Luis Martin se decía que « Los objetos que vendía eran de muy buena calidad y que él mismo se encargaba de que fuera así. Si encontraba en ellos alguna negligencia, reprendía severamente al culpable, » recordaba una de sus hijas.
Cuando el trabajo parecía abrumarlos, aprovechaban esa circunstancia para profundizar en su unión con Dios. « Este tunante Encaje de Alençon me hace la vida muy dura. Cuando tengo demasiados pedidos soy una esclava de la peor esclavitud… Cuando no tengo, acabo con pesadillas. ¿Qué se le va a hacer? Habrá que resignarse y salir adelante lo mejor que pueda » escribía Celia y añadía: « Dios es un buen Padre, nunca permite que sus hijos sufran más que lo que pueden soportar. »
No trabajaban los domingos a pesar de todo lo que podían ganar en ellos, sobre todo en fechas especiales. Trabajaban, pero no para enriquecerse. « Siento- decía san Luis Martin que fácilmente y con gusto me implicaría en mis inversiones, pero no quiero dejarme arrastrar por ello, es una pendiente muy peligrosa. »
« Y santa Celia a su cuñada: Lo que me mueve no es el deseo de amasar una gran fortuna. Pero creo que sería una locura por mi parte abandonar esta empresa teniendo cinco hijas que situar. Por ellas debo ir hasta el final y me veo en apuro al tener obreras a las que debo dar trabajo. » « El dinero no cuenta cuando se trata de la santificación y perfección del alma. »
Propósito para este día
Realizar muy bien mi trabajo y hacerlo por amor a Dios y por el bien de los demás.
Oración
Padre nuestro…
Dios te salve, María…
Gloria al Padre…
Oración del Jubileo…
Día cinco: Caridad
« Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros; que, como yo os he amado, así os améis también entre vosotros. » Jn 13,34
Meditación
Los esposos Martin eran conscientes de sus deberes para con el prójimo. La sencillez con la que vivían les hacía estar muy atentos a las necesidades de los demás He aquí el testimonio de Celina: « Si en el hogar reinaba la economía, esta se convertía en prodigalidad cuando se trataba de socorrer a los pobres. Se iba delante de ellos, se les buscaba, se les recibía en casa donde eran colmados, abastecidos, vestidos y exhortados al bien. Aún ve a mi madre, muy afanosa, ayudando a un pobre anciano, tendría entonces yo unos siete años pero lo recuerdo como si fuera ayer. Estábamos de paseo en el campo cuando en el camino nos encontramos a un pobre anciano que parecía muy desgraciado. Mi madre mandó a Teresita a darle una limosna. Él pareció tan agradecido que mi madre se puso a conversar con él. Le dijo que viniese con nosotros a casa donde le preparó una buena cena, tenía mucha hambre, y le dio ropa y un par de zapatos…También le pidió que volviera cuando necesitase algo. »
Si alguna de sus obreras caía enferma, santa Celia iba a visitarla el domingo y no vacilaba en proveer a sus necesidades, incluso hacía esto mismo con su criada. « Estuvo noche y día a la cabecera de la cama de Luisa durante tres semanas, cuando padeció una crisis de reumatismos en las articulaciones, porque no quiso mandarla al hospital. »
En cuanto a san Luis Martin « Conocía a los enfermos del barrio que necesitaban conversión urgente. » « Se habla del entusiasmo que pone en visitarlos y del interés que tiene en que sus familias recen para que reciban los últimos Sacramentos » Su esposa « lo secundaba lo mejor que podía en esta tarea. »
Propósito para este día
Portarme bien con alguien, una sonrisa, una llamada de teléfono, una visita, una limosna…
Oración
Padre nuestro…
Dios te salve, María…
Gloria al Padre…
Oración del Jubileo…
Día sexto: Misericordia
« Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso » Lc 6,36
Meditación
Los santos Luis y Celia, conscientes de su debilidad, se dejaban transformar por la misericordia de Dios e intentaban vivirla en la vida de cada día. Oigamos a Celina: « María, nuestra hermana mayor, recordaba con tristeza y hasta con lágrimas los suspiros de nuestra madre al ver los desperfectos hechos en su encaje, desperfectos que ella reparaba, sin dirigir a nadie ningún reproche, al precio de muchas noches de trabajo. »
« A ejemplo de mi padre, practicaba la benevolencia de juicio prohibiéndose hablar mal de nadie, siendo delicada y escrupulosa en este tema y reprochándose, a veces con mucha humildad, los pequeños fallos que cometía por la vivacidad de su carácter. »
A propósito de esto escribía Celia: « Y yo, que he tenido la ruindad de burlarme de la señora Y. ¡Cómo lo lamento! No sé por qué no siento simpatía por ella porque nunca me ha hecho más que bien y muchos favores… Por eso quiero convertirme de verdad y ya he empezado a hacerlo, pues desde hace algún tiempo, aprovecho todas las ocasiones para hablar bien de esa señora. »
Propósito para este día
No hablar mal de los demás aunque me hagan sufrir. Pedir al Señor la gracia de saber perdonar.
Oración
Padre nuestro…
Dios te salve, María…
Gloria al Padre…
Oración del Jubileo…
Día séptimo: Pruebas
« Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. » Mt 16,24
Meditación
Los santos esposos Luis y Celia soportaban con mucha fe las grandes pruebas de su vida: educación, enfermedades, muertes… Santa Celia escribía a su cuñada: « Como puedes ver, querida hermana, todo el mundo tiene problemas y los más felices son los menos infelices. Lo sabio y sencillo en todo esto es conformarse con la voluntad de Dios y preparase por adelantado a llevar la cruz con el mayor ánimo posible. » Y en otra carta: « Lo mejor es poner todo en las manos de Dios y esperar los acontecimientos con calma y abandono en su voluntad. Esto es lo que trato de hacer. »
San Luis Martin contaba un día a sus hijas que se había dirigido a Dios en los siguientes términos, al considerar las gracias y beneficios recibidos: « Dios mío, ¡es demasiado! Sí, soy muy feliz. No es posible ir al cielo así. Por eso quiero sufrir algo por Vos. Y me he ofrecido… la palabra víctima expiró en sus labios, no osó pronunciarla pero nosotras lo habíamos comprendido. »
Santa Celia también se ofrecía a Dios en su larga agonía: « Si es necesario el sacrificio de mi vida para que Leonia llegue a ser santa, lo hago con todo mi corazón. »
Propósito para este día
Ofrecer a Dios el día tal como se me presente, con confianza y abandono en su voluntad.
Oración
Padre nuestro…
Dios te salve, María…
Gloria al Padre…
Oración del Jubileo…
Día octavo: Santísima Virgen María
« Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dijo as madre: ‘Mujer, ahí tienes a tu hijo.’ Luego dijo al discípulo: ‘Ahí tienes a tu madre.’ Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa » Jn 19,26-27
Meditación
Luis y Celia tenían una gran devoción a la Santísima Virgen. Una imagen de la Inmaculada presidía su casa y la familia se reunía en torno a ella para rezar. Santa Celia animaba a su hermano a recurrir a la Virgen María: « Vives muy cerca de Nuestra Señora de las Victorias. Bueno, pues entra sólo una vez al día y reza un Ave María a la Santísima Virgen. Verás cómo te protege de manera especialísima y cómo hará que te salgan bien las cosas en este mundo, para luego concederte una eternidad feliz. Esto que te estoy diciendo no es porque yo tenga una devoción exagerada y sin fundamento; tengo motivos para tener confianza en la Santísima Virgen: He recibido de ella favores que sólo yo conozco. »
Cada año iba en peregrinación a la basílica de la Inmaculada de Sées. A propósito de una de ellas escribía a su hija Paulina: « Este año también iré a ver a la Santísima Virgen muy de mañana porque quiero ser la primera en llegar. Le ofreceré un cirio como siempre, pero no le pediré más niñas. Le pediré únicamente que las que me ha dado sean todas santas y que en eso las siga yo muy de cerca, pero tienen que ser mejores que yo. »
Al final de su vida, como contaba María, santa Celia « no dejó de rezar el rosario ni un solo día a pesar de sus sufrimientos… Hace quince días aún recitaba su rosario de rodillas a los pies de la Virgen… »
Propósito para este día
Rezar un misterio del Rosario a la Santísima Virgen y confiar plenamente y para siempre en mi Madre del Cielo.
Oración
Padre nuestro…
Dios te salve, María…
Gloria al Padre…
Oración del Jubileo…
Día noveno: Deseo del cielo
« Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo, el cual transfigurará nuestro pobre cuerpo a imagen de su cuerpo glorioso. » Phi 3,20-21
Meditación
Los esposos Martin deseaban ir al cielo. Cada momento de su vida se orientaba a lograr esa última meta. Santa Teresita hablaba del cielo « hacia el cual tendían sus acciones y deseos. »
Hacia dicha meta se orientaba también la educación de sus hijos. Así se expresaba santa Celia en una de sus cartas: « ¡Es un trabajo tan dulce dedicarse a los hijos! Si no tuviese que hacer más que esto sería la mujer más feliz del mundo. Cuando hemos tenido hijos, hay que vivir sólo para ellos, en esto se halla nuestra felicidad… Deseaba tener muchos para educarlos para el cielo. »
San Luis Martin decía un día a dos de sus hijas: « Si, tengo una meta y es la de amar a Dios con todo mi corazón. »
También santa Celia expresaba muy a menudo su deseo de ser santa e ir al Cielo: « Mi alma ya no vive en la tierra, está viajando por las más altas esferas. » « La verdadera felicidad no existe aquí en la tierra… No, la felicidad no se puede encontrar aquí abajo y es una mala señal cuando todo nos va bien. »
Propósito para este día
Ofrecer mi pasado y vivir mi presente con confianza y esperanza para lograr así la meta de mi vida: llegar al cielo.
Oración
Padre nuestro…
Dios te salve, María…
Gloria al Padre…
Oración del Jubileo…