Encontrar « su centro » y saber descentrarse
Carta n°50 – junio 2021
Encontrar « su centro » y saber descentrarse |
La primera vez que Leonia llamó a la puerta del monasterio de la Visitación, el 16 de julio de 1887, su prima, María Guérin, pronunció la siguiente frase llena de perspicacia: « Me siento feliz al verla finalmente en su centro ».Esta frase de María viene a decirnos que en la vida hay encuentros y lugares que permiten a los buscan su unidad interior, « centro », florecer poco a poco y conocer la serenidad y sobre todo la paz.Sabemos que esto no fue fácil ni inmediato para Leonia quien, después de tres intentos de vida religiosa, solo perseveró en el cuarto. Perseverancia que fue más fuerte que los obstáculos que dificultaron su camino: pruebas físicas (eccema), espirituales (dudas sobre la fe) y relacionales (Superioras demasiado exigentes con ella) hasta que por fin prevaleció la benevolencia, llegó a ese centro y se establezca allí… por la elección de una vocación que era la suya.San Francisco de Sales decía que en la Visitación se practicaban « virtudes apropiadas a nuestra pequeñez: la paciencia, el soportar al prójimo, el servicio, la humildad, la dulzura, la mansedumbre, la tolerancia de nuestra imperfección … » y añadía » Lo que agrada a Dios no es la grandeza de nuestras acciones, sino el amor con el que las hacemos. |

A menudo, la falta de tolerancia puede convertirnos en verdugos de nosotros mismos y de los demás.
Paul Baudiquey, en su magnífico comentario de la obra de Rembrand, El regreso del hijo pródigo, escribió hace algún tiempo : » Aceptar ser amado…aceptar amarse. Odiarse es terriblemente fácil, lo sabemos. La gracia de las gracias sería amarse humildemente a uno mismo como a cualquier hermano que sufre por Cristo ».
Bien acompañada por Francisco de Sales y por santa Teresita – no olvidemos que Leonia tomó sus nombres en la Visitación y pasó a llamarse Sor Francisca Teresa – encontró poco a poco a su centro y, una vez encontrado, fue capaz de descentrarse hacia los demás. Dándose encontró la paz.

Escuchar a la Palabra de Dios
« 01 Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad.
02 Sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre; como un niño saciado, así está mi alma dentro de mí
03 Espere Israel en el Señor ahora y por siempre. »
Pistas para nuestra oración personal o en grupo
- En su acto de ofrenda al amor misericordioso, santa Teresita le dice al Señor: »… No quiero acumular méritos para el cielo, quiero trabajar solo por tu amor con el único fin de agradarte, de consolar a tu Sagrado Corazón y de salvar almas que te amen eternamente. En la tarde de esta vida, compareceré delante de Ti con las manos vacías, pues no te pido, Señor, que lleves cuenta de mis obras. Todas nuestras justicias tienen manchas a tus ojos. Por eso, quiero revestirme de tu propia justicia y recibir de tu amor la posesión eterna de Ti mismo. No quiero otro trono ni otra corona que Tú mismo, Amado mío…
- Contando con la gracia del Señor, ¿reconocemos la importancia de pasar a la acción ? «Quizá podamos llevarla a cabo en una residencia de ancianos, en un centro de acogida de refugiados o en un proyecto de regeneración ecológica. O, quizá, en personas que viven cerca de nosotros y que necesitan ayuda.» Papa Francisco. Soñemos juntos. El camino a un futuro mejor. Editorial Plaza & Janés.
Oremos para que el Señor nos ayude a hacer realidad de forma concreta las llamadas a la conversión que nos dirige.

Rezar
Con un canto, el Padre Nuestro, Ave Maria, Gloria, y la « Oración por nuestra tierra « con la que concluye la encíclica del Papa Francisco Laudato Si. (2015)
« Dios omnipotente,
[…]Sana nuestras vidas, para que seamos protectores del mundo y no depredadores, para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción. Toca los corazones de los que buscan sólo beneficios a costa de los pobres y de la tierra. Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa, a contemplar admirados, a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas en nuestro camino hacia tu luz infinita. Gracias porque estás con nosotros todos los días. Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz. »