Nada le impedirá llegar al puerto !
FLZ – Carta n°45 – 13 de enero 2021
« Ya veo que os asusta el futuro. Es cierto que no es precisamente maravilloso y que, tarde o temprano, tendremos que pasar por una terrible prueba » escribió santa Celia Martin a su hermano Isidoro y a su cuñada el 27 de octubre de 1873. « He esperado tanto a causa de multitud de predicciones que me han engañado una tras otra, que ya sólo creo en lo que veo. La verdad es que soy como todo el mundo en este asunto: sólo veo claro cuando llegamos al final del ovillo… Te aseguro que no me desagradaría verlo devanado. » (CF 109) |
En 1877, Celia tenía razones para inquietarse por el futuro – y no sólo ella – después de la guerra de 1870 en un contexto social y político inestable… También nosotros nos sentimos inquietos ante la crisis sanitaria que estamos sufriendo y ante las consecuencias económicas, sociales y espirituales derivadas de ella a las que es preciso añadir otras situaciones que nuestra generación debe resolver.Como en el pasado, existen opiniones divergentes sobre las causas de dichas crisis y sobre las soluciones que se deben aportar. Nuestra sociedad se halla inmersa en debates de dimensión mundial que se amplifican en las redes, donde circulan también noticias falsas (fake news)-antes se llamaban rumores- y algunos empiezan a predecir el futuro apoyándose en falsas revelaciones. Celia también se dejo llevar alguna vez por las predicciones que se hacían en su tiempo pero, al ver que no llegaron a realizarse, escribió: « Ya sólo creo en lo que veo. La verdad es que soy como todo el mundo en este asunto: sólo veo claro cuando llegamos al final del ovillo. » Todo esto es verdad tanto en nuestra historia personal o familiar como en la historia de nuestro país o del mundo. Por eso, Celia terminó así su pensamiento : « Te aseguro que no me desagradaría verlo devanado. » (CF 109) Sin embargo, es propio de la vida humana asumir y aceptar los riesgos. Santa Celia nos da ejemplo.A san Luis Martin le gustaba citar la siguiente reflexión de un autor anónimo que había encuadrado y colocado en la pared del Beldevere de Lisieux, que le servía de despacho y oratorio : « Hagamos las cosas lo mejor que podamos y dejemos el resto a la Providencia. » De hecho, creer en la Providencia no nos dispensa de hacer las cosas lo mejor que podamos. Pero nos equivocamos, si olvidamos todo lo que Dios está haciendo en nuestra vida. La cita de Luis continúa : « El abate Rancé tenía razón : En vano ruge el mar y arroja espuma con rabia, en vano se agita el barco: nada le impedirá llegar al puerto porque el viento de la Providencia empuja sus velas. » Santos Luis y Celia que ya habéis llegado al puerto, sostenednos en nuestra travesía… |

Evangelio |
Numerosos son los pasajes del Evangelio que nos invitan a confiar en la Providencia de Dios… y a ser sus colaboradores. Os proponemos unos ejemplos como puntos de meditación : Valéis más vosotros que muchos gorriones (Mt 10, 29-31) « ¿No se venden un par de gorriones por un céntimo ? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza los tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que muchos gorriones ». Vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de esas cosas (Lc 12, 30-34 ) « Vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de esas cosas. Buscad más bien su reino, y lo demás se os dará por añadidura. No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino. Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos bolsas que no se estropeen y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. » |

Pistas para nuestra oración personal o en grupo |
En nuestra oración y en nuestra vida espiritual así como en los deseos que hemos compartido también este año con los que nos rodean, ¿nos hemos acordado de la confianza en la Providencia de Dios? ¿Y de las llamadas a ser colaboradores de Dios y de su misericordia? ¿Por qué no nos tomamos un tiempo para recoger e intercambiar entre nosotros los signos recientes que la Providencia de Dios nos ha regalado? |
Acción de gracias |
Con el Salmo 102, que a Teresita le gustaba citar : « Bendice a Yahveh, alma mía, del fondo de mi ser, su santo nombre, bendice a Yahveh, alma mía, no olvides sus muchos beneficios. El, que todas tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias, rescata tu vida de la fosa, te corona de amor y de ternura, satura de bienes tu existencia, mientras tu juventud se renueva como el águila. Yahveh, el que hace obras de justicia, y otorga el derecho a todos los oprimidos, manifestó sus caminos a Moisés, a los hijos de Israel sus hazañas. Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y lleno de amor; no se querella eternamente ni para siempre guarda su rencor; no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas. Como se alzan los cielos por encima de la tierra, así de grande es su amor para quienes le temen; tan lejos como está el oriente del ocaso aleja él de nosotros nuestras rebeldías. Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es Yahveh para quienes le temen; que él sabe de qué estamos plasmados, se acuerda de que somos polvo. ¡El hombre! Como la hierba son sus días, como la flor del campo, así florece; pasa por él un soplo, y ya no existe, ni el lugar donde estuvo vuelve a conocerle. Mas el amor de Yahveh desde siempre hasta siempre para los que le temen, y su justicia para los hijos de sus hijos, para aquellos que guardan su alianza, y se acuerdan de cumplir sus mandatos. Yahveh en los cielos asentó su trono, y su soberanía en todo señorea. Bendecid a Yahveh, ángeles suyos, héroes potentes, ejecutores de sus órdenes, en cuanto oís la voz de su palabra. Bendecid a Yahveh, todas sus huestes, servidores suyos, ejecutores de su voluntad. Bendecid a Yahveh, todas sus obras, en todos los lugares de su imperio. ¡Bendice a Yahveh, alma mía! » Propósito para 2021 : « Actúa como si todo dependiera de ti, sabiendo que en realidad todo depende de Dios». San Ignacio de Loyola |